Septiembre del 2023

Septiembre del 2023
SerpNorber, el hombre de gris

El dolor te enseña. La felicidad te premia. La soledad te agranda. El amor te acaricia. El odio te amarga. Este Mundo es un gigantesco "Gran Hermano". Llegó el tiempo que lo sepas, querido ser humano : )

lunes, 27 de octubre de 2008

El Mito de la Caverna.

La Alegoría de la caverna es una explicación metafórica, realizada por Platón en el VII libro de La República, de la situación en que se encuentra el ser humano respecto del conocimiento. Así Platón explica su teoría de la existencia de dos mundos: el mundo sensible (conocido a través de los sentidos) y el mundo de las ideas (solo alcanzable mediante la razón).
Platón describió en su mito de la caverna una gruta cavernosa, en la cual permanecen desde el nacimiento unos hombres hechos prisioneros por cadenas que les sujetan el cuello y las piernas, de forma que únicamente pueden mirar hacia la pared del fondo de la caverna y no pueden escapar. Justo detrás de ellos, se encuentra un muro con un pasillo y, seguidamente y por orden de lejanía respecto de los hombres, una hoguera y la entrada de la cueva que da al mundo, a la naturaleza. Por el pasillo del muro circulan hombres cuyas sombras, gracias a la iluminación de la hoguera, se proyectan en la pared que los prisioneros pueden ver.
En este mito, el ser humano se identifica como los prisioneros. Las sombras de los hombres y de las cosas que se proyectan, son las apariencias, es decir, lo que captamos a través de los sentidos y pensamos que es real (región sensible). Las cosas naturales, el mundo que está fuera de la caverna y que los prisioneros no ven, son el
mundo de las ideas, en el cual, la máxima idea, la idea de Bien (o verdad), es el sol. Uno de los prisioneros logra liberarse de sus ataduras y consigue salir de la caverna conociendo así el mundo real. Es este prisionero ya liberado el que deberá guiar a los demás hacia el mundo real, es el símbolo del filósofo.
La situación en la que se encuentran los prisioneros de la caverna representa el estado en el que permanecen los seres humanos ajenos al conocimiento; únicamente aquellos capaces de superar el dolor que supondría liberarse de las cadenas y volver a mover sus entumecidos músculos, podrán contemplar el
mundo de las ideas con sus infrautilizados ojos.
Este tipo de alegoría, en la que pone de manifiesto cómo los humanos podemos engañarnos a nosotros mismos o forzados por poderes fácticos, es repetida durante la historia por muchos filósofos u otros autores, como
Calderón de la Barca con La vida es sueño. Ejemplos más modernos pueden ser el libro Un mundo feliz (Huxley, 1932) o la trilogía cinematográfica Matrix (especialmente la primera).
Podríamos afirmar que en el extraño y bello mito de la caverna se concentra lo más profundo de todo su pensamiento. El mito, haciendo uso de imágenes dotadas de una gran fuerza descriptiva, muestra pluralidad de aspectos de su pensamiento: la visión de la naturaleza humana, la teoría de las ideas, el doloroso proceso mediante el cual los humanos llegamos al conocimiento, etc. El mito, lleno de sublimes metáforas y abierto a pluralidad de interpretaciones, es fuente permanente de inspiración para los artistas y para los pensadores en general.
En el mito, Platón relata la existencia de unos hombres cautivos desde su nacimiento en el interior de una oscura caverna. Prisioneros de las sombras oscuras propias de los habitáculos subterráneos; además, atados de piernas y cuello, de manera que tienen que mirar siempre adelante debido a las cadenas sin poder nunca girar la cabeza. La luz que ilumina el antro emana de un fuego encendido detrás de ellos, elevado y distante.
Llegados aquí, Platón, por boca de
Sócrates, nos dice que imaginemos entre el fuego y los encadenados un camino elevado a lo largo del cual se ha construido un muro, por este camino pasan unos hombres que llevan todo tipo de figuras que los sobrepasan, unas con forma humana y otras con forma de animal; estos caminantes que transportan estatuas a veces hablan y a veces callan. Los cautivos, con las cabezas inmóviles, no han visto nada más que las sombras proyectadas por el fuego al fondo de la caverna -como una pantalla de cine en la cual transitan sombras chinas- y llegan a creer, faltos de una educación diferente, que aquello que ven no son sombras, sino objetos reales, la misma realidad.
En éstas,
Glaucón, el interlocutor de Sócrates, afirma que está absolutamente convencido que los encadenados no pueden considerar otra cosa verdadera que las sombras de los objetos. Debido a la obnubilación de los sentidos y la ofuscación mental se hallan condenados en tomar por verdaderas todas y cada una de las cosas falsas. Una vez Sócrates ha comprobado que Glaucón ha comprendido la situación, le explica que si uno de estos cautivos fuese liberado y saliese al mundo exterior tendría graves dificultades en adaptarse a la luz deslumbradora del sol; de entrada, por no quedar cegado, buscaría las sombras y las cosas reflejadas en el agua; más adelante y de manera gradual se acostumbraría a mirar los objetos mismos y, finalmente, descubriría toda la belleza del cosmos. Asombrado, se daría cuenta de que puede contemplar con nitidez las cosas, apreciarlas con toda la riqueza polícroma y en el esplendor de sus figuras.
No acaba aquí el mito, sino que Sócrates hace entrar de nuevo el prisionero al interior de la caverna para que dé la buena noticia a aquella gente prisionera de la oscuridad y esclavizada, haciéndoles partícipes del gran descubrimiento que acaba de hacer, a la vez que debe procurar convencerles de que viven en un engaño, en la más abrumadora falsedad. Infructuoso intento, aquellos pobres enajenados desde la infancia le toman por un loco y se ríen de él. Incluso, afirma Sócrates, que si alguien intentase desatarlos y hacerlos subir por la empinada ascensión hacia la entrada de la caverna, si pudiesen prenderlo con sus propias manos y matarlo, le matarían; así son los prisioneros: ignorantes, incultos y violentos.

miércoles, 15 de octubre de 2008

WWW es igual a 666

En el alfabeto de los sordomudos, juntando el pulgar y el meñique y mostrando los dedos índice, medio y anular, estirados y separados; representan la letra W al igual que el número 6. Con esta información comenzaré con una serie de hechos aparentemente "raros" si se los ve por separados. Pero no si se los ve en conjunto.

miércoles, 1 de octubre de 2008

El amor no existe, el dinero sip : )

Ayer ingresé en Google y puse esta frase mía acuñada hace años en una sobremesa con amigos. Y apareció ! Me había olvidado que había hecho un comentario en un blog, y solo escribí la frase y una sonrisa al final. Siempre me atacaron mal cuando dije con naturalidad tales palabras.¿ Y saben una cosa ? Cada vez lo creo más. ¡ Se ha dicho y escrito tanto sobre el amor ! Pero en cientos y hasta miles de casos que ví, si invierten te aman de verdad. Y aún así no dura mucho. Pero cuando más invierten más cuidan la relación, e igualmente va pasando por diferentes etapas. Comienzo, duración y final. El ser humano es promiscuo, curioso, mentiroso y especulador. Malas condiciones para el AMOR, como la mayoría de la gente cree entender y sentir. En el futuro cuando todos tengan telepatía ya muchas cosas no se harán; o mejor aún, se podrán hacer y no habrá hipocresía. El amor sí existe, pero en ese niño interior que llevamos dentro; que el adulto que mostramos afuera una y mil veces desvirtúa, hasta llegar a esta frase que esconde una cruel realidad: El amor no existe, el dinero sip : )