Conocí a Benjamin Solari Parravicini a mis 16 años. Había leído en un diario de 1969 que había tenido una abducción en 1960 estando muy cerca del obelisco de la ciudad de Buenos Aires.
¡Había paseado en un platillo volador con extraterrestres! Así lo contaba. Me interesó desde aquel momento todo lo referente de aquella persona.
Muchos años después conocí y fui varias veces a la pirámide de Pedro Romaniuk.
Pero recién décadas después caí en la cuenta que las psicografias iban dirigidas a mi. Por un montón de cosas que pasaron en vida y era cuestión de armar ese rompecabezas. Hacerme la pregunta del millón con todas las descripciones de ese sujeto ermitaño, cristiano, en el norte, cabello con rulos, usando anteojos, pintor de cuadros, el 53, el 555, asistido por ancianos sabios, médium, sanador, etc. etc. etc.
¿Seré acaso yo? Imposible. Y porqué vengo escapándome durante años actuando como un cobarde sabiendo siempre como son las cosas !!!
Sabiendo que el instante del hombre gris, son las marchas de jubilados, pensionados y retirados qué pintan cabellos grises de todos los miércoles.
Que a la imagen de la Justicia deben sacarle la venda de sus ojos.
Que tienen que cantar: O juremos con gloria vivir.
Que están ocultos varios dibujos en el billete del diablito de cinco pesos de 1976 y 1985.
Y cientos de cosas más.
Recuerdo la máxima de José de San Martin: serás lo que debas ser o no serás nada. Y al día de hoy elegí la nada. Fue por miedo, desconfianza, no estar a la altura, no merecerlo y que se yo.
Argentina serás rescatada como lo hizo San Jorge a la princesa del dragón.