Hace muchos años tuve un sueño.
Era muy vívido.
Creo que ya lo conté pero viene nuevamente a mi mente.
Era de noche y me encontraba en la cima de una montaña.
Veía abajo innumerables ciudades iluminadas y en movimiento.
Detrás mío sin verlo había un ser enorme, pues así lo sentía. Que me decía "todo eso puede ser tuyo, solo tienes que aceptar, ¡acéptalo!
Me largaba a llorar y decía "no quiero, no puedo aceptar esa responsabilidad, ¡déjame ser un hombre común!
Fue despertar llorando, ya sentándome en la cama y pensando con vergüenza si alguien de la familia me había escuchado.
Fuí al baño, me lavé la cara, oriné y otra vez a la cama.
Lo recuerdo siempre y pienso que fuí un cobarde, sin autoestima y para nada ambicioso.
Pero internamente siempre sentí que jamás podrían tentarme, ni con bienes, fama, títulos o trascendencia.
Recién ahora después de tantos años veo que pasé una prueba y que estuve en lo correcto.