Cuando tenía alrededor de quince años tuve una visión. No era un sueño. Ví una hermosa mujer que me sonreía; toda dorada ella. Que me introducía un anillo doble en mi mano izquierda (aunque yo lo veía en mi mano derecha), en el dedo anular y mayor. Es una muy larga historia en estos 45 años que pasaron, hasta llegar a hoy. A días del 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción; comparto con el pueblo de Catamarca, de la Argentina y el Mundo, este regalo que ella me hizo. Como otros tantos que más adelante iré compartiendo. Le he llamado el anillo del amor, porque une el dedo del ego con el de la pareja; el anillo de los deseos, porque cuando lo usaba ocurrían cosas mágicas :-)